Si
observamos la figura de La Mona Lisa de Leonardo da Vinci nos encontramos
frente a la obra que ha ejercido más fascinación a lo largo de los siglos
frente a los espectadores, y todo se basa en el poder de su mirada ya que esta
obstaculiza el realizar un análisis objetivo de la obra. En ella se citan todas las características de la pintura de
Leonardo: el empleo del sfumato, esa técnica que difumina suavemente los rasgos
hasta hacer indefinibles los contornos; el hermoso paisaje del fondo, agreste,
salvaje y de un matizado tono azul que lo hace desaparecer en un degradado
invisible; la ambigüedad del rostro, la indefinición sexual que la hace parecer
una mujer, un adolescente. un mito de androginia que tiene referencias
inacabables con teorías filosóficas y religiosas; y, por encima de todo, la
sonrisa más melancólica y misteriosa de la historia del hombre.
El Boga de Julio fajardo conocido por el nombre del "Indio Pijao" es una obra que hace referencia a la identidad
nacional, en la que lo indígena, lo local y lo folclórico se integran en un
universo propio. El artista interpreto los mitos y las leyendas de la región, a través
de una serie de frisos en granito y cerámica, esta obra pone de manifiesto la
mirada individual y subjetiva del artista sobre la realidad circundante, característica
de la modernidad. El boga simboliza la población nativa y campesina de una región
rica en fuentes hídricas de gran magnitud y relevancia como el rió Magdalena. En
esta obra el tratamiento de la figura humana propone una ruptura con el
academicismo, porque el canon del cuerpo ya no es el europeo; sino el indígena;
las proporciones se transforman para descubrir la verdadera anatomía de nuestro
pueblo. La expresión del cuerpo refleja el esfuerzo y el equilibrio; el rostro
muestra la rebeldía y la altivez del pijao. El color rojo hace referencia a la
actitud guerrera y a la pasión de la raza.